viernes, 11 de julio de 2008

winter

Casi todos los días me deprimo y me pregunto por qué lo hago, a veces tanto trabajo hace que todo parezca absurdo y que no tiene sentido, me dan ganas de tirarme a ver la tele o salir con amigos y en cambio tengo todo este trabajo y no me puedo escapar, y sé q alguien tiene que hacerlo, alguien tiene que tomar la responsabilidad a pesar de todo. Y sea lo que sea, no importa cuántas horas trabaje por día, siempre estoy atrasada, siempre hay gente que se enoja y que esperaba más o diferente, siempre termino preguntándome si realmente vale la pena.

El tiempo que practiqué kendo aprendí muchas cosas, en verdad fue una de esas etapas que marcaron el resto de mi vida para siempre, sería una persona totalmente distinta si eso no hubiera existido. Y una de las cosas que aprendi es tengo que seguir, con el rigor con que hago las cosas anule el resto de mis emociones, no importa que no vea resultados, no importa que parezca no avanzar jamás después de horas y meses de repetir lo mismo. En algún momento el cuerpo entiende lo que la mente no.

2 comentarios:

Gaston dijo...

Eso, Daniela, se llama sostener. A mi tambien me pasa. supongo que sera parte de todo ese cumulo de cosas que nuestros viejos nos decian cuando eramos chicos "algun dia lo vas a entender". Parece ser que la vida es asi. Mucho de todo esto, y apenas un poco de lo otro brillante y valioso.

nube. dijo...

Daniela! productividad pura!! por supuesto que el cansancio viene solo.
La energia sube y baja todo el tiempo.

saludos!!